Invertir en la última milla: mantener el equilibrio, encontrar oportunidades
Puesto que la lucha contra la inflación está aparentemente recorriendo la última milla y el crecimiento resiste, cada vez parece más probable que la economía estadounidense logre un “aterrizaje suave”. Aun así, la última etapa del viaje puede no ser sencilla. Seguimos atentos a los posibles riesgos que pueden surgir desde múltiples ángulos, incluidos los extremos izquierdo y derecho, ya que pueden causar diferentes niveles de volatilidad. En este contexto, favorecemos un enfoque equilibrado en renta variable, renta fija y alternativas que proporcione fuentes diversificadas de rentabilidad, así como coberturas contra riesgos potenciales. Los inversores también pueden considerar incorporar temas cíclicos o estructurales adicionales en las carteras para beneficiarse de un amplio conjunto de posibles escenarios.
Pista aterrizaje a la vista, pero hay riesgos
Una pregunta clave para los inversores es si se materializará el tan esperado aterrizaje suave en 2024. Hasta ahora, la economía estadounidense ha resistido a pesar de los tipos de interés elevados, la inflación parece estar cayendo hacia el objetivo del 2 % de la Reserva Federal (Fed) y el mercado laboral ha avanzado hacia un mejor equilibrio. El contexto macroeconómico se ha vuelto más favorable para los activos de riesgo, y la perspectiva de un “aterrizaje suave” ha mejorado. Dicho esto, estamos vigilando de cerca la distribución de los posibles resultados y seguimos atentos a los riesgos de ambos lados.
Desde principios de año, los datos económicos de EE. UU. han sorprendido al alza, como se puede ver en el ritmo de crecimiento del PIB estadounidense en el cuarto trimestre de 2023 (3,2 %1) y la considerable creación de empleo no agrícola de enero (229 0002). El gasto en consumo se moderó después del invierno, pero los balances de los consumidores siguen siendo saludables. Mientras tanto, las condiciones financieras son buenas e incluso pueden estar impulsando el crecimiento mediante algunas medidas.3 Estos desarrollos nos sugieren que no se debe ignorar el riesgo de reaceleración del crecimiento. Por otro lado, aunque el riesgo de recesión puede haberse moderado, permanece por encima de la media histórica y aún está por ver el impacto económico acumulado del ciclo de ajuste monetario más reciente. Además, tras unos datos de inflación más altos de lo esperado, los responsables de la Fed han reiterado que hacen falta más pruebas de desinflación antes de que se pueda iniciar una flexibilización de las políticas.
Dejando de lado el camino del crecimiento económico, la desinflación y los tipos de interés, puede ser preciso prestar atención al posible efecto dominó de otras áreas. Algunos motivos de preocupación son los obstáculos para el sector inmobiliario comercial y los continuos retos macroeconómicos de China. La geopolítica también seguirá acaparando atención y probablemente añada incertidumbre a las perspectivas macroeconómicas, especialmente en el periodo previo a las elecciones estadounidenses de noviembre.
Mantener el equilibrio a pesar de las incertidumbres
¿Cómo deberían afrontar los inversores este entorno tan incierto? En nuestra opinión, una cartera equilibrada de renta variable, renta fija y alternativas estaría bien posicionada en un escenario base de aterrizaje suave y mitigaría las pérdidas en caso de reaparición de los riesgos de recesión.
Si el escenario de aterrizaje suave se materializara, creemos que podría ser positivo tanto para la renta variable como para los bonos. Históricamente, la renta variable ha tendido a repuntar en y durante los ciclos de flexibilización no recesivos.4 El crecimiento resiliente y la continua desinflación también respaldarían una aceleración en el incremento de los beneficios, aunque dados los temores persistentes de los inversores sobre una recesión inminente, favorecemos atributos de “calidad”, como un alto nivel de rentabilidad y sólidos balances.
Los activos de renta fija, incluidos los bonos gubernamentales, un componente clave de los títulos de renta fija tradicionales, también pueden beneficiarse de la flexibilización esperada de los tipos de interés por parte de los bancos centrales. Los rendimientos iniciales más altos también crean un colchón contra acontecimientos macroeconómicos adversos, como escenarios de recesión.
Fuente: Goldman Sachs Global Investment Research. A 18 de enero de 2024. Basado en el rendimiento histórico de los activos en torno a la fecha del primer recorte en los ciclos de rebaja de tipos de la Fed desde 1984. De los diez ciclos de rebaja de tipos, cuatro están asociados con recesiones (1990, 2001, 2007 y 2020), seis con episodios no recesionarios, motivados por una “normalización” (1984, 1989, 1995) o “sobresaltos para el crecimiento” (1987, 1998, 2019). Recesiones (azul claro); recesiones, excluida la COVID-19 debido a sus idiosincrasias (morado); y no recesiones (azul oscuro).
Creemos que complementar los bonos tradicionales con exposición en alternativos, como el crédito privado, puede ofrecer rendimientos mejorados, ayudar a aislar las carteras de la volatilidad del mercado a corto plazo y aportar beneficios de diversificación. La perspectiva de recorte de los tipos de interés en 2024 es probablemente un cambio bienvenido para la mayoría de los prestatarios de crédito privado dado que sus pasivos tienen tipo de interés flotante, pero los efectos de estos recortes pueden ser limitados. Las empresas con menos apalancamiento o flujos de efectivo más sólidos deberían ser más capaces de soportar el entorno de tipos de interés, mientras que algunas empresas y modelos de negocio plenamente apalancados tendrán que lidiar con mayores cargas de deuda.
El private equity seguirá siendo una parte fundamental de las carteras de muchos inversores, en nuestra opinión, y una ruta importante para acceder a oportunidades de crecimiento económico a largo plazo. Es poco probable que el apalancamiento y la expansión de los múltiplos contribuyan en gran medida a la creación de valor en una era de tipos estructuralmente más altos y crecimiento más lento. En su lugar, creemos que las palancas operativas de creación de valor están preparadas para convertirse en los principales determinantes del éxito. Esto tendrá implicaciones en la forma en que los socios administradores (GP) piensan sobre sus ventajas competitivas y la forma en que los socios inversores (LP) abordan la selección de gestor.
Mantener una postura positiva con respecto a las acciones y los bonos a medio plazo no significa que los inversores deban ignorar los riesgos a lo largo del camino. Si bien el año de 2024 ha comenzado con mucho optimismo, varios factores económicos y acontecimientos geopolíticos pueden dar lugar a un retorno de la volatilidad. A medida que se acercan las elecciones presidenciales de EE. UU., la incertidumbre en áreas como la política de energías renovables, los aranceles e impuestos y la regulación financiera puede aumentar. Las cuestiones geopolíticas, como la posible escalada del conflicto en Oriente Medio o más perturbaciones en el transporte marítimo en el Mar Rojo, podrían provocar un resurgimiento de los temores sobre el suministro energético global y la inflación de los bienes. Teniendo en cuenta las numerosas incertidumbres que tenemos por delante, los inversores deben continuar evaluando si la rentabilidad esperada es suficiente para compensar los riesgos esperados. Las valoraciones, el sentimiento del mercado y el posicionamiento, así como las consideraciones de liquidez, deberían desempeñar un papel a la hora de evaluar el entorno y ajustar las exposiciones.
Se acercan turbulencias
En un entorno de mayor desviación, diferenciación y volatilidad, y en particular teniendo en cuenta los riesgos de reaceleración del crecimiento, puede haber oportunidades para capturar rentabilidades mejoradas de escenarios de cola derecha. Las profundas fuerzas estructurales, desde la digitalización, la descarbonización y la desglobalización hasta la desestabilización en la geopolítica y el envejecimiento demográfico, también deben incorporarse en las decisiones de construcción de carteras. Mientras tanto, los repuntes cíclicos en determinadas zonas geográficas también pueden proporcionar mayores oportunidades de diversificación.
Después de una larga carrera de rentabilidades superiores en renta variable estadounidense, la emoción por la inteligencia artificial (IA) propició avances adicionales en 2023. Los beneficiarios se concentraron en las acciones de megacapitalización —los 7 Magníficos— que impulsaron el rendimiento del índice S&P 500.5,6 A medida que el ecosistema de la IA madura en 2024 y más allá, el conjunto de oportunidades puede ampliarse. Los inversores necesitarán estrategias claras para identificar los posibles impactos económicos, tecnológicos y de inversión de la IA generativa.
Más allá de la IA, el progreso continuo en el proceso deflacionario y los recortes de los tipos de interés de la Fed pueden propiciar oportunidades en el universo de la pequeña capitalización estadounidense. Las empresas de pequeña capitalización son más cíclicas, tienen exposición nacional y están más apalancadas que las acciones más grandes. Las valoraciones en este segmento de mercado siguen siendo bajas en comparación con los datos históricos, y los fundamentales de las empresas podrían mejorar aún más si el crecimiento se acelerara. Algunas de estas empresas más pequeñas pueden convertirse en objetivos atractivos de fusiones y adquisiciones cuando la actividad del mercado de capitales empiece a repuntar.
Para los inversores en renta fija, también pueden surgir oportunidades más allá de los bonos gubernamentales. Los bonos corporativos con grado de inversión (GI), por ejemplo, podrían generar ingresos atractivos y pueden ayudar a preservar el capital gracias a su alta calidad. Un enfoque en sectores que puedan soportar mejor una posible desaceleración del crecimiento y áreas del mercado alineadas con las megatendencias estructurales subyacentes pueden proporcionar ingresos más predecibles en un mundo incierto, con menor volatilidad en relación con activos cíclicos como la renta variable.
Un examen de la dinámica regional y los matices del país también puede revelar áreas de oportunidad en todo el mundo. En Europa, aunque el impulso del crecimiento sigue siendo débil, hay algunos brotes verdes cíclicos. Las expectativas de inflación han comenzado a bajar y los problemas de suministro posteriores a la pandemia, incluidos los precios de la energía y los cuellos de botella de la cadena de suministro, continúan disipándose. La reciente Encuesta sobre préstamos bancarios del BCE muestra que, aunque la demanda de crédito sigue siendo débil, los bancos esperan ahora un pequeño aumento neto en el T1 de 2024 de los préstamos a empresas y préstamos a hogares para la compra de vivienda.7 En cuanto a otras regiones, esperamos que Japón experimente un renacimiento económico impulsado por el resurgimiento de la inflación y las reformas corporativas estructurales, que probablemente han elevado el atractivo del mercado de renta variable japonés. Como se muestra en la encuesta Tankan del Banco de Japón, el clima empresarial parece estar mejorando gradualmente entre las empresas japonesas.8 Además, las valoraciones de la renta variable también son más atractivas en Europa y Japón, en comparación con EE. UU.9
Fuente: Encuesta sobre préstamos bancarios del Banco Central Europeo (BCE), Encuesta Tankan del Banco de Japón (BoJ), Bloomberg, Goldman Sachs Asset Management. A 20 de marzo de 2024.
Perspectivas para el futuro
Después de un periodo de importante endurecimiento monetario y flexibilización de la cadena de suministro global, podríamos estar entrando en la última milla del camino hacia la desinflación en EE. UU. Aunque parece cada vez más probable un aterrizaje suave, las incertidumbres persisten y puede haber riesgos para el crecimiento en ambos lados. Más allá de las señales macroeconómicas, los cambios geopolíticos y los resultados de los ciclos electorales en diferentes países, incluido EE. UU., exigen un seguimiento estrecho en 2024. Como inversores, nos esforzamos por crear carteras sólidas para esta amplia gama de posibles escenarios. Nuestra visión es positiva en cuanto a las perspectivas de rentabilidad tanto de las acciones como de los bonos, en previsión del inicio del ciclo de flexibilización de la Fed; este enfoque equilibrado de construcción de carteras también debería ayudar a aislar a las carteras de los riesgos de recesión si volvieran a emerger. Al mismo tiempo, seguimos centrados en incorporar temas de cartera que puedan beneficiarse de la reaceleración del crecimiento, las subidas cíclicas y factores favorables estructurales. De esta manera, esperamos convertir los riesgos de cola en fuerzas favorables y mejorar aún más las perspectivas de rentabilidad-riesgo en las carteras
1 Oficina de Análisis Económico de EE. UU. PIB del T4 de 2023 (segunda estimación). A 28 de febrero de 2024.
2 Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. A 8 de marzo de 2024.
3 Reserva Federal de Estados Unidos. Índice de impulso al crecimiento de las condiciones financieras (retrospectiva de un año). A 31 de enero de 2024.
4 Goldman Sachs Global Investment Research (GIR). Global Markets Daily: Macro Assets After the First Cut (Chang). A 18 de enero de 2024.
5 Los 7 Magníficos son Nvidia, Microsoft, Google, Meta, Tesla, Apple y Amazon.
6 FactSet. A 31 de diciembre de 2023.
7 Encuesta sobre préstamos bancarios del BCE, Bloomberg, Goldman Sachs Asset Management. A 26 de febrero de 2024.
8 Encuesta Tankan del Banco de Japón, Bloomberg, Goldman Sachs Asset Management. A 26 de febrero de 2024.
9 Goldman Sachs Global Investment Research. “Global Weekly Kickstart”. A 26 de febrero de 2024.